Las grandes creaciones del amor divino

Con esta reflexión, vamos a continuar, con la devoción que debemos de tener al  Sagrado Corazón de Jesús,siendo la intención de este escrito, un motivo de reflexión y meditación mensual para la adoración nocturna y a toda alma sensata, que quiera conocer más del amor divino a los hombres.

DEUS CHARITAS EST  (Dios es amor) S. Juan, IV, 8)

La sagrada Congregación de Ritos, en 1921 declaraba que la “Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús es un compendio de las festividades destinadas a los diferentes misterios de Nuestro Señor”, debido a que este culto al Sagrado Corazón no se concentra en una gracia determinada, sino que nos eleva a la misma fuente de todas las gracias; no honra o celebra una manifestación exclusiva de la Bondad de Dios, sino el principio mismo y la razón íntima de todos los Misterios de la Redención.

I.ESTE PRINCIPIO ES EL AMOR

1)— SIMBOLISMO DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.

La palabra corazón es sinónimo de amor. Cuando decimos que uno tiene corazón, queremos decir que sabe amar, que ama; lo mismo que cuando afirmamos que uno no tiene corazón, queremos significar que no sabe amar, que no ama. Así pues cuando hablamos de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, o de un mes dedicado a Él, o del primer viernes de cada mes dedicado al Sagrado Corazón, queremos decirmes, o primer viernes de mes dedicado a la contemplación del amor de Jesús+”.

2)—DOS CLASES DE AMORES HAY EN CRISTO JESÚS: el amor de la Sacratísima Humanidad de Dios-hombre, y el amor increado o eterno del Verbo Divino.

a).-EL AMOR DE JESUCRISTO DIOS-HOMBRE: Como hombre perfecto es todo, tiene un corazón que palpita de amor y de un amor más intenso que cualquier otro corazón humano, puesto que el corazón de Nuestro Señor supera en perfección natural a cualquier otro.

Es por eso que debemos de considerar, ¡cómo debe ser inmenso, profundo e incansable el amor del Corazón de Jesús! Porque es:

Amor  que tomó todas las modalidades: de siervo, de esclavo, de víctima;

Amor de Bienhechor, de amigo;

Amor que ha provocado los más delicados sentimientos de lágrimas, de ternura, de compasión, de pena, de dolores y sufrimientos;

Amor que ha enseñado las más sublimes y consoladoras verdades;

Amor que se ha manifestado en milagros estupendos;

b).- EL AMOR DIVINO DEL VERBO.- Como en Jesucristo existen dos naturalezas y dos voluntades, así también hay dos amores: el amor del alma de Cristo, y el amor con que Hijo ama desde toda la eternidad a su Padre Celestial. La unión hipostática que une inseparablemente las dos naturalezas en una sola persona, en Jesucristo Dios y Hombre verdadero, une también sus dos amores de tal modo que no se podrán separar, sino que necesariamente los tenemos que contemplar y estudiar como un solo, indivisible e inefable amor.

II.- TEOLOGÍA DE LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS.

Dios es amor: así nos lo asegura S. Juan Evangelista, él, que tuvo el privilegio de reclinar su cabeza sobre el pecho de Jesús y sentir los inefables ardores del Corazón de Dios.

Y antes de mostrar y señalar estos inmensos ardores divinos, necesitamos primero dilucidar una cuestión de suma importancia.

1)—¿EN QUÉ CONSISTE EL AMOR VERDADERO? S. Ignacio de Loyola concluye sus Ejercicios espirituales con una meditación sobre le amor de Dios, y en ella parece agotar este argumento. Dice:

a).-El amor consiste más en la obras que en las palabras de lo que no cabe ninguna duda pues “obras son amores, que no buenas razones”. S. Juan Evangelista lo repetía de continuo a sus discípulos. Hijitos míos, no amemos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y en verdad”. (I Juan, III, 18).

b).-El amor consiste en la recíproca comunicación de bienes entre los que se aman”. Para ello es importante considerar y comprobar, como Jesucristo ha sabido actuar las condiciones del verdadero amor, ya que nos ha amado con hechos y con sacrificios derramando hasta la última gota de sangre por nosotros y por consiguiente cuál debe ser nuestro amor para con Jesús.

2)—GRADOS PROGRESIVOS DEL AMOR DEL VERBO PARA CON NOSOTROS, o en otras palabras:teología de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús”. Lo cual vamos a mostrar como en un cuadro sinóptico.

a).-Dios ama: amar quiere decir dar; es el Verbo que desde toda la eternidad nos da un puesto en su corazón, y que llegado su tiempo nos da la existencia por la creación;

b).-Amar quiere decir comunicarse con la creatura, y he aquí la segunda creación que nos eleva al orden sobrenatural y que nos hace Participantes de la naturaleza divina por la gracia santificante que nos da el santo Bautismo.

c).- Amar quiere decir hablar, o sea hacerse comprender por la persona amada; lo que hizo el Verbo en el misterio de la Revelación.

d).- Amar quiere decir hacerse semejante con la persona amada, en cuanto es posible a la divinidad: lo que hizo el Verbo en el misterio de la Encarnación.

e).- Amar quiere decir vivir cerca de la persona amada, vivir lo más posible en su compañía: lo que hizo el Verbo con el misterio de la Eucaristía: Jesús siempre presente en nuestros altares.

f).- Amar quiere decir unirse con la persona amada: lo que hace Jesús en la Sagrada Comunión.

g).- Amar quiere decir sufrir por la persona amada, puesto que el verdadero amor se muestra más en el sacrificio: lo que hizo Jesús en el misterio de la Redención.

h).- Amar significa gozar con la persona amada, lo que tendremos con los misterios de la Resurrección de la carne y de la Vida perdurable.

Con todo lo mostrado no nos hace sino considerar lo ¡Tanto que Dios ha amado el mundo!

III. PREDILECIONES DE JESÚS

Hasta aquí, hemos considerado el amor de Jesús en su aspecto más extenso y luminoso; pasemos a considerarlo bajo otro aspecto, tal vez menos llamativo, pero si más delicado, y que podrá llenarnos de consuelos sobrenaturales. Este otro aspecto lo llamaremos con el dulce título de Amores de preferencias de Jesús”.

En todos los amores hay preferencias, puesto que no es posible amar a todos indistintamente y con la misma intensidad. Unos son amados en general: otros con preferencias, y unos pocos de un modo especialísimo. Esto mismo, aunque con una gran diferencia en su causa, sucede también en el amor divino.

1)—CAUSAS DE ESTAS DIFERENCIAS.

a).- En el hombre proviene de su debilidad e imperfección.—Nosotros todos tenemos la debilidad de no poder dar nuestro corazón sino a muy contadas personas. Las gotitas de amor de que disponemos no alcanzan para todos sin distinción. Y este es el motivo que origina tantas envidias y disgustos. Todos están convencidos de que lo que va de más de amor para uno, es en detrimento de lo que se podría dar a otros.

b).- En Dios-Hombre proviene de su grandeza y perfección.—A diferencia de los corazones humanos que rarísima vez llegan a darse tan por completo que lleguen hasta la sed del sacrificio, Jesús tiene un corazón que ama inmensamente y que lo entregó todo desde el primer momento de us existencia hasta su muerte en la Cruz. Este es el motivo porque el amor divino no excita la envidia de nadie: antes bien, aquí cuanto más se ama a Jesús tanto es uno más amado de El, y tanto más se desea que otros muchos lo amen y sean amados por Jesús.

2)—OBJETO DEL AMOR DE PRERENCIA DE JESÚS.—Es cierto que Jesús ama inmensamente a todos los hombres y que desea que todos se salven; pero esto ni impide que El tenga sus preferencias no sólo hacia Su Eterno Padre a quien ama con amor sustancial e infinito, sino también hacia las creaturas. Sin duda que El ama con amor de predilección a Su Bendita y Santa Madre: y que también ama con mayor intensidad a los que con mayor generosidad corresponden a sus divinas ternuras.—Más adelante, estudiaremos estos amores de preferencia del amor de Jesús.

IV. JESÚS CREADOR DEL AMOR.

Para finalizar esta reflexión, vamos a contemplar el amor de Jesús bajo un nuevo aspecto. Y después de haber analizado el amor de Jesús para con nosotros sus creaturas, nos será útil y consolador considerar también el amor que los hombres tienen a El.  Ya que nadie ha sido, ni será amado en el mundo tanto como Jesús.

Por último terminemos esta reflexión con esta oración: ¡Venid, almas sedientas de amor! ¡Venid y apagad vuestra sed en este manantial puro, santo y divino! ¡Venid a contemplar al verdadero Creador del amor!.

OBSEQUIO:–Proponer no dejar de pasar algún día de este mes, sin tributar a Jesús algún homenaje de adoración y de amor. y por que no decir continuamente esta JACULATORIA:–Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre: ¡Ten misericordia de nosotros!

Esta reflexión esta tomada del libro “Jesús Creador del Amor” por el R. P.  Ernesto Rizzi, S. J.

Mons. Martin Davila Gandara