Como educar a los hijos en un mundo de crueldad y violencia (última parte)

En esta  última parte de estos escritos relacionados con la educación de los hijos en este mundo actual lleno de crueldad y violencia, principalmente nos vamos ha enfocar, en las soluciones y remedios prácticos a esta problemática, para que los padres: no se queden viendo y ¡hagan algo!

¿Cómo se puede proteger a los hijos y al mismo tiempo educarlos para que sean más tolerantes, compasivos y caritativos? Lo primero, que se necesita es regular la exposición de sus hijos a la violencia que ven a través de los medios de comunicación.Segundo, se necesita educar la conciencia de sus hijos al momento en que ellos presencian actos agresivos. Por ejemplo, se pueden ver juntos con ellos películas y comparar la violencia de laspelículas antiguas (como Ben Hur) y las aparentemente nuevas (como Duro de Matar 1, 2) y discutir las diferencias y sus implicaciones entre la realidad y la fantasía. Se podrá platicar sobre las escenas que son ofensivas y denigran la naturaleza humana. Tercero, se necesita fortalecer a sus hijos en actitudes de humanidad y respeto.

ESTABLECER LÍMITES Y SER CONSISTENTES

Los niños lo que más necesitan de sus padres es amor; lo segundo es disciplina y corrección. Los niños se sienten seguros y cómodos cuando existe en la familia estructura y limites, (cuando saben hasta donde pueden o no llegar). Hay muchas razones por las cuales deben de existir reglas, pero la más importante es que a través de ellas el niño desarrolle la habilidad para manejar su propia conducta.

El componente más importante de la disciplina es la consistencia. No importa el estilo de disciplina o las consecuencias que se implemente mientras se respete la integridad del niño: sólo hay que estar seguros de que se aplican en forma consistente. La consistencia forma hábitos, tanto buenos como malos.

Los niños pasan más tiempo enfrente de la TV que con sus padres. Los niños que ven menos de dos horas diarias TV son mejores estudiantes que los que ven más tiempo. Se necesita reducir el número de horas y controlar la programación. Otro consejo importante: el niño menor de dos años no debe ser expuesto a la televisión, aunque sean solamente caricaturas.

Es especialmente importante notar que si un niño presenta dificultades en su conducta o problemas de aprendizaje o hiperactividad, la exposición a la TV y los videojuegos acrecienta sus problemas e incrementa su ansiedad e impulsividad. Por ningún motivo los padres han de instalar, computadora(aunque ésta sea una laptop) o videojuegos en la recámara de sus hijos, ya que ello dificultará enormemente su supervisión; los padres pueden colocarlos, en cambio, en lugares comunes de la casa como son las sala, el estudio o el pasillo (aunque la solución más ideal y efectiva sería que se privarán de ver TV y de los videojuegos, pero tendrían que buscar juegos sanos, dinámicos y divertidos, ya sea enseñándoselos o participando con ellos).

El establecimiento de límites es crucial. Bloquear o prohibir programas con contenido de violencia es tarea fundamental de los padres y no deben dejarse confundir por la presión social: “¿Por qué no lo puedo ver? Todos mis amigos de la escuela ven ese programa”, o “Si no dejo a mi hijo ver la TV, sus amiguitos lo aislarán ya que no tendrá tema de conversión.” En la actualidad, muchos padres de familia tienen miedo de que, al controlar la TV, sus hijos sean rechazados por sus compañeros ya que no compartirán los mismos intereses y temas de conversación. Esto no es del todo cierto. Efectivamente, el niño que en su casa tiene supervisión para ver ciertos programas o canales de TV carecerá de algunos temas para interaccionar con sus amigos; sin embargo, la amistad no se construye en lo que ve en la TV sino en la calidez, sinceridad y espontaneidad de la relación. Los padres se preocupan tanto por los hijos que quieren solucionarles y evitarles todos sus problemas. Y no se dan cuenta que sus hijos, tienen una mejor capacidad, más de lo que sus padres piensan.

Uno de los problemas más serios que están enfrentando sus hijos adolescentes es el trastorno de déficit del sueño. Muchos adolescentes duermen un promedio de cuatro a cinco horas diarias por diferentes causas, ya sea por las reuniones con sus amigos o por estar en la Internet hasta las dos o tres de la mañana. Los efectos son evidentes: los niños que duermen poco presentan conductas más irritables, impulsivas y violentas. Los padres deben combatir este mal hábito, pues de lo contrario crearán y producirán:

1.Hijos papel: que no se pueden siquiera tocar,niños frágiles y sumamente sensibles a cualquier cambio o exigencia familiar, produciendo conductas impulsivas o explosivas, como rabietas.

2. Hijos invisibles: como los muchachos se duermen más tarde, se levantan más tarde y se reduce el tiempo de presencia y convivencia con la familia.

3. Hijos de Babia: alumnos adormilados que no serán capaces de mantener la atención en sus clases, lo cual impactará negativamente en su aprendizaje y en su rendimiento escolar.

4. Hijos flojos: Niños cansados y somnolientos que no harán esfuerzo alguno para cumplir con sus responsabilidades y obligaciones y que es imposible activarlos e inspirarlos.

5. Adultos trasnochadores: los adolescentes que no pueden regular su ritmo de sueño en esta edad, padecerán insomnio en la edad adulta.

En otras palabras por estos descuidos, los adultos están creando, en sus hijos, una generación de vampiros.

CUENTENLES CUENTOS

El Dr. Bruce Perry, director del programa de Traumatología Infantil del Hospital Infantil de Texas en 2006, considera que la lectura, especialmente de cuentos, previene en los niños conductas violentas y delictivas. Un ambiente rico en vocabulario proporciona a los niños herramientas para expresar sus emociones, opiniones e ideas acerca de la violencia que ellos ven en la TV o en sus ambientes.

En esta época es importante la lectura y el diálogo cuando la imagen visual remplaza la escucha del lenguaje. Cuanto más tiempo de TV se vea en la casa, menos tiempo habrá para conversar. Es importante no sólo comer en familia sino, además, apagar el televisor y darse tiempo para hablar y para leer. Cuando los niños y los adolescentes ven TV, comúnmente no hablan y no son capaces de expresar sus emociones e ideas.

Los niños son hechizados por las historias o cuentos en donde la imaginación y la fantasía son el tema central del relato. Un niño es capaz de escuchar la misma historia un número indeterminado de veces, ya que siempre le brindará emoción ser parte activa de la aventura y la acción. Relatar cuentos en familia genera un vínculo más cercano entre padres e hijos, ya que se comparten experiencias, pensamientos y sentimientos.

Si, además, las historias tienen contenido que refleje valores humanos como la caridad, la compasión o la empatía, los niños escucharán comportamientos que desearían imitar (Prado y Amaya). En cambio, si solamente presencian actos violentos en la TV, ¿qué conductas se esperarán ver al interactuar con su medio?
Hay que tener el hábito, al menos al momento de dormir, de contarles una historia, un cuento o una fábula cada noche y se verá que el espíritu y la convivencia familiar mejorarán en forma considerable.

El cuento es una extraordinaria herramienta autorreguladora para actitudes impulsivas y agresivas en los niños. La ayuda psicológica es poco afectiva en niños menores de 11 y 12 años (Plaford, 2006) porque no tienen la madurez suficiente para sentarse y racionalizar sobre factores que los incitan a ser agresivos y violentos. En cambio, los cuentos e historias pueden tener un mejor efecto, ya que los niños pueden identificarse con los personajes y aprender de esa identificación. Así pues, los personajes de los cuentos pueden modelar conductas positivas para los niños. Cuando los niños están enojados o frustrados por una situación, el cuento los puede calmar ya que a través del lenguaje y las palabras se desvía su impulsividad del sistema límbico a otras áreas del cerebro.

En esto, no hay como agradecerle a Dios, a los que tuvimos la fortuna de tener padres sencillos, pero muy cariñosos y conscientes, de la narrativa de cuentos, en mi caso, recuerdo con mucho cariño a mi padre en paz descanse, como nos narraba en forma de cuentos las formidables pasajes de la Sagrada Biblia, me es indescriptible expresar las emociones que sentía cada vez que contaba y repetía esos pasajes llenos de enseñanzas, como la del santo Job, la Historia de José, la historia de Tobías y otras más del Antiguo Testamento, así, como las hermosos pasajes del Nuevo Testamento, y otra historias más, como el Perro de Flandes, y otras muchas más.

DISCUTA LAS ESCENAS DE VIOLENCIA QUE LAS HACEN PARECER JUSTIFICADAS

Los niños necesitan comprender que los programas de TV son diseñados y construidos para obtener reacciones especificas de la audiencia(ya lo hemos mencionado hasta el cansancio, que los productores de programas no sólo de la TV sino de los demás medios, con tal de ganar dinero y poder son capaces de todos hasta de echar a perder a sus hijos, aparte los medios han demostrado ser un instrumento ideológico muy útil para los promotores del laicismo ateísta) cuando los niños vean TV, deben ser capaces de reconocer las técnicas de producción y evaluar las diferentes escenas violentas bajo un lente crítico, fundamentándose en una base moral y ética.

Hasta la década de 1970 se producían una gran cantidad de películas y programas de TV con giro de misterio y horror, donde el objetivo era provocar reacciones específicas como terror, miedo y pánico. La hoy clásica serie de TV de misterio titulada de Alfred Hitchcock fue muy exitosa en las décadas de los 50´s y 60´s; propósito era envolver a los televidentes en las historias y que buscaran pistas para solucionar los casos presentados en cada programa. Las películas de terror, como Drácula, El hombre lobo o Frankenstein producían en el espectador miedo e incluso lograban estremecerlo. Pero el auditorio era consciente de que esas escenas terminaban al momento de salir de la sala de cine ya que los personajes eran ficticios. La única repercusión es que no pudiéramos dormir esa noche por temor de que apareciera en nuestra recámara a la hora de dormir. Por ello, se les prohibía ver esas películas a los niños. Quizás unos de los programas televisivos más violentos es esta época fue Los intocables, programa clasificado sólo para adultos. Esta serie trató de ejemplificar a los gansters de la década de los 30´s en Estados Unidos. Los asesinos tenían como justificación el dominio del territorio, y el actor Robert Stack luchaba por la justicia. Pero la mayoría de estos actos de violencia los dejaba a la imaginación de los televidentes ya que no se presentaban en forma explícita. Tenemos el ejemplo, en una de las escenas de la película Psicosis, de Alfred Hitchcock, Norman Bates, cuchillo en mano, abre la cortina de la bañera en donde una huésped se estaba bañando, y en la siguiente escena sólo se ve la sangre correr por la bañera. Sin lugar a dudas el espectador entiende que en la historia ocurrió un asesinato cruel, pero el director de la película tuvo mucho cuidado en no caer en detalles escabrosos, por lo que omitió mostrar explícitamente el asesinato y el apuñalamiento. Esta película despliega increíblemente la imaginación del auditorio, combinado el amor, la intriga, el suspenso y horror, pero sin necesidad de exponer crudamente el homicidio. Hoy esta película se considera una obra de arte de la cinematografía.

En la década de los 70´s se inicia la explosión de películas cuyo contenido central es mostrar al auditorio el sadismo, la perversidad y la crueldad de la naturaleza humana. En 1978 se exhibe al público la película Halloween, clasificada solamente para adultos. Jason con máscara de jockey, asesina a un sinnúmero de personas sin que nadie lo pueda matar o, si lo hace, resucita en al siguiente película. En este tipo de películas las escenas de violencia y crimen son muy gráficas y exponen con morbo el dolor y el sufrimiento. Cuando el niño es expuesto una y otra vez a esta violencia, bloquea e inhibe sus sentimientos de compasión y de sensibilidad al dolor ajeno. Se convierte en una persona menos humana. Clasificada originalmente sólo para adultos, esta primera película de Halloween hoy es clasificada para adolescentes y adultos (solamente se eliminaron las escenas de desnudos); además, la exhiben en horario vespertino, en que cualquier niño puede verla sin supervisión. Por ello es importante no sólo tener límites, sino además educar a sus hijos y guiarlos para que adquieran su propio criterio y así sean capaces de discernir y de decir no. (esto sólo vale en las películas o programas violentos o crueles, no en los de contenido sexual, ya que es como una droga que enciende la concupiscencia que hace perder la razón de todo tipo de personas)

NEGARSE A COMPRAR VIDEOJUEGOS VIOLENTOS

Los videojuegos no son necesarios para los niños y menos los que tienen contenidos violentos. Aún más, cuanto más pequeño sea el niño, más pronto presentará comportamientos agresivos. Además, el jugar videojuegos puede convertirse en una adicción difícil de eliminar principalmente al iniciarse a edad muy temprana. Los padres deben decidir de manera responsable no sólo el momento de comprarles un videojuego, sino también el tipo de programas que sean adecuados al desarrollo emocional y cognitivo de su hijo.

Algunas reglas básicas al tener videojuegos en casa son: 1) El videojuegonunca estará en el cuarto de sus hijos, sino en un lugar de mayor acceso y más abierto, como la sala o un pasillo. 2) Jugar como máximo una hora diaria. 3)Todos los videojuegos serán controlados por su contenido. 4) Jugar videojuegos nunca debe de impedir: a) Practicar deporte. b) Salir con amigos. c) Comer o cenar en familia. d) Hacer actividades con la familia. 5)El jugar videojuegos es un privilegio que se debe ganar: a) Cumpliendo con las responsabilidades y obligaciones propias. b) Demostrar actitudes de compasión y servicio a los demás.

Si un niño empieza a mostrar conductas que son opuestas a los valores y principios que se le tratan de inculcar, inmediatamente y sin consideraciones se debe retirar o prohibir el videojuego.

ENCARAR LA PRESIÓN DEL GRUPO Y LAS MALAS AMISTADES

La presión de grupo y las malas compañías son, quizás, los más grandes obstáculos que enfrentan los padres para guiar en el camino correcto a los hijos, ya que los amigos son el todo para ellos. En los padres de familia se nota muy preocupación y desesperación porque no saben cómo mantener sus esfuerzos en educar a sus hijos y lidiar en contra de la influencia de la TV, la computadora, los videojuegos y los compañeros de escuela y amigos. la mayor aspiración que tienen los niños y los adolescentes es pertenecer a un grupo de camaradas y ser aceptados, por lo que realizan hasta lo imposible para lograrlo, aunque vayan en contra de las expectativas de sus padres.

Es normal que los adolescentes no quieran salir con sus padres o realizar juntos alguna actividad. Cuando eran pequeños, los padres decidían, pero ahora ellos deciden a dónde ir y qué hacer, sin consultarlos. En la adolescencia, el muchacho se aleja de sus padres, y sus amigos empiezan a ser lo más importante de su vida. Sin embargo, existe una gran ironía: mientras los adolescentes luchan y gritan por su independencia, ellos a menudo son atados y controlados por las normas y exigencias del grupo, en la forma de vestir, en su lenguaje y en sus costumbres.

La inevitable presión de grupo genera serios conflictos. Por ejemplo, unos padres comentaban que su hija de 14 años quería salir durante las vacaciones de Semana Santa con un grupo de amigas, pero sin supervisión de algún adulto. Aún más, esa misma semana era también el “Spring Break” (vacaciones de primavera de los estudiantes de E. U.) La chica insistió en ir, y dijo con énfasis: “Todas mis amigas irán.” Y sus padres se preguntaban a su terapeuta: “¿La dejamos ir?” el Dr. Le pregunto: “¿Quieren que vaya?”, y ellos respondieron: “ ¡Claro que no!”. Entonces, ¿por qué considerar un posible sí? La respuesta es muy simple: existe una gran presión de amigos y se tiene miedo de que sus hijos sean excluidos de sus amistades. Esta es una de las situaciones más difíciles en la vida de ser padres.

Si los niños son excluidos de las interacciones sociales porque no poseen el último juguete de moda, porque no han visto el último programa de la TV o jugado el videojuego que acaba de salir, su mundo no se colapsará. Aún más, ellos aprenderán a poner jerarquía en las cosas importantes en la vida y ganarán mayor respeto con su grupo de amigos.

Los padres no deben centrar todos sus esfuerzos en proveer a sus hijos de una cultura para que entren sin sufrimiento en el mundo de sus amigos, sino desarrollar su autoestima, identidad y resiliencia, su autocontrol y responsabilidad. Si los padres no edifican el carácter y la voluntad de sus hijos, éstos serán frágiles y estarán siempre expuestos a los peligros y seducciones de sus amigos.

Los adolescentes, generalmente, no escuchan a sus padres porque piensan que “están obsoletos”.

Sus hijos siempre se verán influenciados por la presión de sus amigos; pero, no porque los padres de los amigos de sus hijos les permitan ver ciertos programas y les compren videojuegos que están prohibidos en sus casas, lo aprobarás para sus hijos. Los hijos son extraordinarios chantajistas y manipuladores: “Yo soy el único de mis amigos que…” “¿Por qué los papás de mis amigos los dejan ir a…” “Son tan buenos actores que hacen sentir mal a sus padres, y incluso los hacen sentir villanos: los hacen sentir culpables de sus traumas y frustraciones. Pero, ¿acaso se les compraría un arma porque les reclaman que sus amigos tienen una en su casa? Nunca les permitirían comprar drogas aunque sus amigos lo hagan; y nunca les dejarían que manejarán alcoholizados aunque los padres de sus amigos los dejen. Ya que es la responsabilidad de los padres proteger a sus hijos de armas, tabaco, alcohol, pornografía, drogas y violencia. Nunca se deben bajar la guardia ante programas cuyos contenidos de violencia gráfica y crueldad.

No se podrá aislar a sus hijos, pero sí se puede darle valores y principios.

Sin duda la presión de los amigos y los medios electrónicos influye enormemente en la vida de sus hijos, y lo hace mucho más que en generaciones pasadas, hoy cada vez es más frecuente que ambos padres trabajen, por lo que los niños pasan cada vez menos tiempo con sus papás y más tiempo con sus amigos y conocidos.

Y, cuando pueden estar en familia conviviendo, se conectan con los medios electrónicos, reduciendo aún más toda oportunidad de interacción. Los niños crecen con poca presencia y supervisión de adultos y sí, en cambio, con aquellos modelos que les proporcionan sus compañeros, la TV, la Internet o los videojuegos, desafortunadamente, no muy buenos muchos de ellos. Esta afirmación es categórica: no dejen a sus hijos en manos de niños que son peligrosos ya que pueden lastimarlos o influir negativamente en su conducta.

 Los siguientes conceptos nos van hacer de suma utilidad en esta continuación de los remedios que en anterior escrito comenzamos.

CONEXIÓN, CONSEJO Y AMOR

Ayudar a los hijos a que caminen firmemente por su vida requiere más conocimiento: pero también se requiere de estrategia. Los padres necesitan proporcionar y crear un ambiente familiar óptimo que prevenga soledad, adicciones y violencia y esto se logrará con: conexión, consejo y cariño.

CONEXIÓN

La unidad y proximidad de los miembros de una familia es fundamental para crear un ambiente seguro y reducir el riesgo de comportamientos violentos y criminales. Desafortunadamente, el divorcio y la desintegración familiar se han incrementado en los últimos años, creando familias más frágiles y provocando una mayor incidencia de actos violentos tanto hacia el interior como al exterior del ambiente familiar.

Una de las características propias de la modernidad(la mayoría de ellas provocada), es que promueve un desfase entre la vida de los jóvenes y la de los adultos. Mientras los adultos duermen, los jóvenes están despiertos, y mientras los adultos están en vigilia, los jóvenes duermen. Los nuevos hábitos sociales empujan a los adolescentes a alejarse más tempranamente de sus padres. Hace 40 años, los jóvenes convivían un poco más con sus padres en festejos como la Navidad, Año nuevo, Semana Santa, o incluso los domingos, días en que se levantaban temprano y acompañaban a sus papás a misa o a visitar a su abuelos o familiares. En cambio, hoy los jóvenes pasan mucho más tiempo con sus amigos. En Navidad están con su padres hasta media noche, y luego salen con sus amigos; en Año nuevo, generalmente, están con sus amigos; y en Semana Santa salen fuera de la ciudad con sus amigos.

Las reuniones con amigos o en lugares de baile empezaban alrededor de las seis o siete de la tarde y terminaban no más allá de la una de la mañana. En la actualidad, si los padres le piden a su hijo que regrese a las doce o una de la mañana, él contesta enojado que “a esas horas apenas están llegando sus amigos.” Y, ellos resignados, por supuesto, diciendo no les podemos pedir que nos acompañen temprano al día siguiente, ya que estarán dormidos. Un padre de un adolescente comentaba: “Desde que mi hijo sale con sus amigos por la noche ya casi no lo vemos, ya que los fines de semana se levanta hasta las dos de la tarde e inmediatamente sale de la casa.” En efecto, como se ha dicho, estamos viviendo una generación de hijos “invisibles”, ya que nunca están en casa y cuando están, se la pasan dormidos. Otro padre comentaba con ironía: “Siempre veo a mi hijo todas las mañanas; salgo a correr a las cinco de la mañana y él apenas regresa del antro.”

Hoy en estos días se requiere de mayor presencia como familia. No se debe de tener miedo decirles a sus hijos: “En este verano pasaremos unas vacaciones familiares y todos juntos saldremos una semana a algún lugar.” No se deben dejar intimidar ante los chantajes de sus hijos: que les dirán: “Pero todos mis amigos saldrán de vacaciones sin sus padres.” Si así contestan se les puede responder: “Bien, en otros momentos podrás ir con tus amigos, pero recuerda que estas son vacaciones familiares e iremos todos juntos.”

El adolescente edifica su identidad y autoestima en la relación con sus amigos, pero cimienta su carácter y compasión con la familia.

Los rituales familiares, como comer y cenar en familia, ir juntos a eventos religiosos y vacaciones, son extraordinarias maneras de mantener a la familia unida. Se debe de entender que cuando los hijos crecen quieren y necesitan mayor libertad, pero es triste ver cómo las familias dejan a un lado sus rituales porque consideran que son fuente de conflicto y fricción sobre todo en las familias permisivas “inconsistentes, débiles,” Los hijos necesitan saber que son parte de la familia y que para ello necesitan participar en ciertos rituales, aunque en primera instancia no estén contentos, pero percibirán que estos eventos hacen a su familia única y estable.

Otro factor importante para que estén conectados con sus hijos es involucrarse con ellos. La mayoría de la veces los adolescentes no quieren hablar con sus padres o quieren estar solos en su cuarto. En estos momentos se debe respetar su privacidad y dejarlos. Muchas veces ignoran a sus papás, no porque no les quieran o les evadan, sino porque no se tiene nada que compartir con ellos (si los dos padres trabajan y no se dan tiempo para sus hijos, o cuando sólo trabaja el padre, la madre no tiene tiempo o no se da tiempo para ellos, y si impera en ellos el egoísmo, así, es imposible que haya una buena relación, confianza y comunicación con sus hijos), los adultos desconocen el mundo, la música, los intereses o miedos de sus propios hijos. Por eso es importante, que los padres mortifiquen sus egoísmos y se tomen un poco de tiempo para descubrir su mundo y verán que algunas puertas empezarán a abrirse.

Es importante que respondan los padres con sinceridad las siguientes preguntas: * ¿Pueden nombrar a los maestros de sus hijos? *¿Conocen a sus mejores amigos? *¿Saben la música que les gusta más? *¿Pueden nombrar algunos de sus artistas, deportistas o celebridades favoritos? *¿Saben si sus hijos son felices o infelices, si son populares o solitarios y aislados, ansiosos o rechazados?

Cuando los padres se involucran en la vida de su hijos, estos obtienen más seguridad, un mejor rendimiento escolar, una mejor autoestima y desarrollan menos problemas emocionales y de agresividad (Steinberg, 2004).

CONSEJO

El consejo o la guía vienen de muchas formas y tamaños. Es importante orientar a sus hijos con base en valores como el respeto, la honradez, la cooperación, la honestidad, el autocontrol de si mismo, el servicio y la compasión. Pero lo más importante es vivir y modelar las conductas que reflejen estos valores con el ejemplo. Los niños aprenden viviendo. Porque si sus hijos ven que sus padres resuelven las diferencias mediante gritos y golpes, los niños aprenderán que esa es la mejor manera de solucionar los desacuerdos.

A los hijos no les gusta recibir sermones o adoctrinamientos, por ello las conversaciones sobre valores siempre deben ser en forma de diálogo. Si se discute o argumenta, sus hijos automáticamente se desconectarán y se alejarán cada vez más.

Es muy importante que los padres aprendan a dialogar con sus hijos adolescentes, que los escuchen, pero con la distancia adecuada para que no se sientan perseguidos.

Al escuchar a sus hijos tiene la oportunidad de conocerlos más, de saber qué sienten, que les preocupa, cómo son su amigos, que cosas les divierten o a qué le temen, que piensan respecto al alcohol, a las drogas o al cigarro.
Existen algunas actitudes clave para establecer un diálogo fluido y respetuoso con los adolescentes: *Escucharlos siempre. Evite interrogatorios policiales.*No critique a sus amigos argumentando más allá de cómo se visten o peinan. *Acordar en familia los horarios que deben respetar, aquí es importante seguir las normas sobre las reglas que se vieron en una familia afectiva-estructurada. *Es importante considerar que debe haber respeto mutuo, pero ustedes son los padres, y nunca podrán ser amigos de su hijos por más jóvenes que se sientan. *Respetarlos en sus pedidos de soledad y silencio, ellos necesitan espacios para pensar y reflexionar. *Respetarlos en sus elecciones vocacionales. En lo que desean estudiar o qué actividades deportivas o intelectuales quieren realizar. *Darles reconocimiento cambiando el “Nunca, “Siempre”, “Toda”, “Nada”, por: “Últimamente”, “En esta ocasión”, “Algunas veces”, etc., y no arruinarlo con frases del estilo “No sé por qué no haces eso siempre, si no te cuesta mucho”, “¿Ves cómo sí sabes hacerlo?, pero te gusta hacerte…” etc. *Dialogar con ellos escuchándolos con calma y sin agredirlos.

No crea que con esta lista será suficiente, es sólo el comienzo; además, no garantiza que vayan ustedes a establecer una comunicación maravillosa de inmediato, pero sí les ayudará a sus hijos a ir fortaleciendo su relación con ustedes.

Consejo o guía también significa establecer claramente las expectativas acerca de las conductas. No esperen que los niños y los adolescentes las acepten a la primera, sino lo contrario, esperen ver resistencia e incluso rechazo. La estructura y el orden proveen de mayor estabilidad en la dinámica familiar y reducen las responsabilidad de que se presenten comportamientos violentos en sus miembros.

Otra cosa también importante, en lo referente a la corrección o llamada de atención sobre algunos malos comportamientos o faltas de sus hijos adolescentes: lo primero que deben hacer los padres no perder el control sí mismos, si se sienten enojados, digan luego hablamos, se retiran, respiren profundamente, cuenten hasta diez o pídanle a Dios que los serene, hagan lo que mejor les de resultado para controlarse: Si la falta fue en casa inmediatamente con control de sí mismos van hacer la corrección, si ese mal comportamiento sucedió en una parte pública o con sus amigos o familiares, díganles luego hablamos, pero nunca los corrija delante de la gente y con control de sí mismos, van esperar el mejor momento para la corrección, que por lo regular es antes de que se vayan a dormir, y ya en la corrección diríjanse con firmeza a ellos,con frases serenas y llenas de amor que sean cortas, precisas, concisas y sustanciosas, diciéndoles su mal comportamiento y las consecuencias de ello.

AMOR

El tercer elemento que reduce enormemente el riesgo de que los niños presenten conductas agresivas es el amor o cariño. Los padres deben de amar a sus hijos incondicionalmente. El comunicarles el amor es vital para ayudarles a desarrollar con seguridad y protegerlos de un sentimiento de abandono y desamparo, ya que esto provocará un resentimiento y, a su vez, violencia y venganza.

Muchos padres tratan de darles “cosas” a sus hijos, en vez de darles amor. Estas cosas son: permisividad, bajas expectativas y presiones materiales. Los niños son verdaderamente lastimados cuando en el hogar no hay disciplina o no se establecen límites; también cuando los padres esperan muy poco de ellos o cuando los juguetes y regalos son usados como sustitutos a compensar el verdadero amor.

Los hijos –tanto niños como adolescentes- necesitan mucho afecto físico, se ha olvidado que tienen una gran necesidad de contacto y cercanía físicos. En los últimos años, los adultos únicamente se han preocupado de cómo hacer a los niños más inteligentes y listos, pero han olvidado que lo esencial en la relación de padres e hijos es establecer una intimidad emocional y física, más que intelectual.

Necesitan comunicarles la razón por la cual se intenta estar unidos, y esto se logra estableciendo límites y dándoles consejos, y todo ello es porque se les ama.

En resumen, los padres deben: *Establecer formas para conectarse con sus hijos, especialmente con los adolescentes. *Pasar tiempo juntos como familia. *Involucrarse en la vida de sus hijos. *Establecer rituales, aunque los adolescentes se resistan. * Evitar dar sermones.

Hoy el adolescente está más presionado (apariencia, bienes y amigos), lo cual presenta un factor de riesgo.

La clave no es el control sino la conexión y el amor. Si los padres están conectados con sus hijos, podrán ayudarlos a aprender de sus errores. Y si los aman, por más errores que cometan tendrán la paciencia para guiarlos y corregirlos.

CADA HIJO ES ÚNICO Y DIFERENTE

No existe ninguna razón por la que todos los hijos deban tratarse y disciplinarse de la misma manera. Los hermanos difieren en personalidades, intereses y aptitudes, y deben ser considerados independientes y orientarles de forma distinta. Si un hijo no quiere hacer la tarea cada día, requerirá mayor supervisión que sus demás hermanos que no tiene necesidad de ello. Pero todos los hermanos tienen la misma regla, sólo que para el flojo se requerirá ser un poco más estricto. Además, la edad también determina que existan distintas reglas para los hijos. Si un hermano es mayor, por consecuencia tendrá mayor libertad de acción que su hermano menor, pero a su vez responderá a mayores responsabilidades. No se puede permitir que su hijo de 12 años llegue a casa después de la doce de la media noche, como lo hace su hermano mayor, de 20 años.

A pesar de que los padres intenten educar de igual forma a cada uno de sus hijos, cada cual trae una carga genética que los predispone a ser ya sea pasivos, introvertidos, callados, o activos, extrovertidos o explosivos. Desde el nacimiento, los padres comparan a los hijos e identifican sus diferencias (éste era muy llorón, pero se dormía todo el día, etc.); los valores y las reglas son iguales para toda la familia, pero hay niños que requerirán de los padres un poco más de firmeza y que desaprueben todo tipo de reacción impulsiva, cruel o violenta.

NUNCA ABUSAR FÍSICA O VERBALMENTE

Uno de los principales efectos del abuso físico es que induce a la agresión y a la violencia. Los niños que son golpeados tienen una mayor predisposición a reaccionar con golpes e insultos a las amenazas y frustraciones. Tienen una mayor predisposición a ser bullies en sus escuelas y en general, a tener mayor número de pleitos para resolver sus problemas con los otros. Los niños que han sido abusados físicamente tienden más a no ser aceptados en su escuela, son más problemáticos y desarrollan problemas de disciplina muy tempranamente en su salón de clases.

El castigo físico como consecuencia es una pobre decisión ya que fácilmente se puede perder el control y lastimar, usar los golpes como única alternativa disciplinaria puede provocar inmunidad ante ese tipo de castigo; el niño puede llegar a desquitarse con un hermano menor o a decir: “No me duele” o “Parece que ya no tienes fuerzas para pegar más duro.” Estos comentarios pueden ser ofensivos para los padres y ocasionar mayor irritación en ellos.

Cuando se disciplina a sus hijos no es necesario ponerle apodos (“Mira, no te aguantas, pareces un bebé”), usar ironías (“No podía esperar más de ti con esa ideota”), humillación (“No puedo creerlo que he educado a un hijo tan tonto”). No hay necesidad de agredirlos verbalmente porque sólo se estará lastimando su persona y no corrigiendo su conducta. El abuso verbal tiene varias consecuencias fatales que pueden provocar hasta el suicidio. El niño que constantemente recibe críticas y agresiones verbales desarrolla una personalidad autodestructiva: “No sirvo para nada”, “Soy un fracasado” o “Para que vivo si en esto no soy bueno.”

La mejor forma de evitar la agresión verbal es centrar la disciplina en su conducta y nunca en el niño. Es mejor decir “lo que hiciste fue un error”, en vez de “eres un niño grosero”. Con las primeras palabras se recrimina más la conducta del niño, y con las segundas se hace sentir mal al niño por quien es. El segundo punto para prevenir este tipo de agresión es evitar las generalizaciones: “Tú nunca haces algo bien”, o “Tú eres un niño malcriado y mentiroso.” Cuando hay necesidad de responder a una conducta del hijo, limítense en el mal comportamiento de ese momento: “Te equivocaste al hacer esta acción”, o “Dime la verdad y no me mientas al respecto.”

Nunca discipline a su hijo cuando usted esté enojado. Si está disgustado, esto sólo aumentará la probabilidad de que lo lastime física o verbalmente. Cuando sobreviene en los padres como seres humanos el enojo y la desilusión, esto no debe ser excusa para perder el control y lastimar, si se esta enojado, es mejor dejar pasar un rato y después aplicar la consecuencia: “En este momento estoy muy enojado por lo que hiciste, déjame tranquilizarme y hablamos.”

El niño debe ser tratado con amor, respeto y confianza.

TRES IDEAS PRÁCTICAS PARA PREVENIR HIJOS AGRESIVOS

1. Ayudar al hijo a que realice una actividad física o practique un deporte, al menos tres veces a la semana.

2. Ayudar al hijo a que realice actividades de servicio y ayuda a otra persona que tenga alguna necesidad. Primero puede empezar en su casa (por ejemplo, enseñar a leer, a la señora que les ayuda hacer el aseo de la casa) etc.

3. Ayudar a su hijo a que encuentre un sentido espiritual a su vida (o encausarle hacia un noble ideal). Cuando el niño o el adolescente encuentra un sentido significativo a su existencia y le dan un sentido de trascendencia a su vida, están menos propensos a actuar en forma violenta o a atentar contra su propia vida.

UN MUNDO LLENO DE HUMANIDAD

Un mundo lleno de humanidad significa que está lleno de personas amables, generosas, compasivas y caritativas que aman incondicionalmente. Las personas con humanidad piensan de la siguiente manera: *Los otros son tan importantes como yo. *Todos los seres humanos valemos igual. *Tener calidez y generosidad parece dar paz y felicidad al otro. *Dar es más importante que recibir. *Dar a los otros con amor y generosidad es la mejor forma para vivir. *Las personas que sufren necesitan ayuda y compasión. *Las personas con necesidades requieren ser cuidados. *Es importante ayudar a todos y no sólo a la familia y amigos.

Una humanidad sin violencia es un mundo lleno de humanidad.

Por último, con esta parte damos por terminada esta serie de escritos relacionados con la educación de los hijos en este mundo lleno de crueldad y violencia, espero en Dios que se analicen, bien las causas y las circunstancias que han provocado este ambiente caótico que nos ha tocado vivir, y con la ayuda de Dios Nuestro Señor se puedan llevar a lapráctica todos los remedios y soluciones que se han expuesto para corregir y llevar acabo dichos correctores para erradicar de la mejor manera y con valores, esta crisis y ambiente de caos producido por la crueldad y violencia imperantes.

Gran parte de este escrito fue tomado del libro “Hoy Tirano Mañana Caín” de Evelyn Prado M. Y Jesús Amaya G.

Mons. Martin Davila Gandara