Festividad del Inmaculado Corazón de María

El 22 de Agosto, ocho días después de la festividad de la gloriosa Asunción de la Virgen María a los cielos,  la Iglesia Católica festeja al Inmaculado Corazón de María.

En esta fiesta, María Santísima, Madre de Jesús y nuestra, nos señala su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor y de la alegría.

El Inmaculado Corazón de María nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad.

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María.

La Santísima Virgen María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, y a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

En este día al venerar el Inmaculado Corazón de María significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Y es así como veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a todo el género humano.

La Historia de la devoción del Inmaculado Corazón de María.

La historia de la devoción del Inmaculado Corazón se inicia en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de San Juan Eudes.

Más adelante, en diciembre del año 1925 la Virgen Santísima se le apareció a Lucía Martos, vidente de Fátima, y le prometió asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confesasen, recibieran la Sagrada Comunión, rezasen una tercera parte del Rosario, con la intención de darle reparación.

En la tercera aparición de Fátima, Nuestra Madre le dijo a Lucía: “Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra…. Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes…. Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz…. Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz.”

En un diálogo entre Lucía y Jacinta, ella, de diez años, dijo a Lucía: “A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú te vas a quedar aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María”.

“Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo.”

El Papa Pío XII, el 31 de Octubre de 1942, al clausurarse la solemne celebración en honor de las Apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María. (lamentablemente, no lo hizo como la Santísima Virgen de Fátima lo pidió, en unión de todos los obispos de mundo).

Asimismo, el 4 de mayo de 1944 el Santo Padre instituyó la fiesta del Inmaculado Corazón de María, que comenzó a celebrarse el 22 de Agosto.

Esta fiesta, también se instituyó, para obtener por medio de la intercesión de la Virgen María “la Paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes”.

El fundamento de la devoción al Inmaculado Corazón de María

Después de su entrada a los cielos, el Corazón de María sigue ejerciendo a favor nuestro su amorosa intercesión. El amor de su corazón se dirige primero a Dios y a su Hijo Jesús, pero se extiende también con solicitud maternal sobre todo el género humano que Jesús le confió al morir.

Y así la veneramos por la santidad de su Inmaculado Corazón y les solicitaremos su ayuda maternal en nuestro camino a su Hijo. Ya que el Inmaculado Corazón de María, nuestra madre, es el camino más rápido y seguro para llegar a Jesús.

Venerar el Inmaculado Corazón de María, es venerar a la mujer que esta llena del Espíritu Santo,  llena de gracia, y siempre pura para Dios. Su corazón Inmaculado siempre está lleno de amor por sus hijos. Por eso se representa rodeado de blancas rosas.

Veneremos el Corazón que guarda todas las cosas de Dios en su corazón y que nos ayuda a sanar y consagrar a Dios nuestro propio corazón.

Por último, entreguémonos al Corazón Inmaculado de María diciéndole: “ ¡Llévanos a Jesús de tu mano! ¡Llévanos, Reina y madre, hasta las profundidades de su Corazón adorable! ¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!”

Mons. Martin Davila Gandara

Para obtener por medio de la intercesión de María “la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes”.