Festividad de la Santísima Virgen del Santo Rosario

La fiesta de Nuestra Señora del Rosario fue instituida principalmente para recordarnos el insigne beneficio de la victoria de Lepanto sobre el Islam, el 7 de Octubre de 1571, victoria debida al rezo del rosario.

La Batalla de Lepanto

En tiempos de Santo Padre Pío V (1566 – 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero no le hicieron mucho caso hasta que el peligro se hizo muy real y la invasión era certera. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la cristiana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto.

La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria entró en batalla contra un enemigo muy superior en número y buques de guerra. Se jugaba el destino de la Europa cristiana. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con mucha devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

Mientras la batalla transcurría, en Roma el Papa recitaba el Rosario en su capilla. En eso, el Papa salió de su capilla y, por aparente inspiración, anunció a todos los presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los cristianos. Semanas mas tarde llegó  finalmente el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austria, quién, desde un principio, atribuyó el triunfo cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de “Auxilio de los Cristianos”. Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.

¿Qué es el Santo Rosario?

Dice y define San Pío V:“El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor”. El Rosario completo consta de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos.

Al Santo Rosario también se llama Corona, ya que era costumbre entre los nobles, en la Edad Media, como lo había sido entre los romanos, llevar coronas de flores. Se ofrecían tales coronas a personas de distinción, a titulo de reconocimiento. Y siendo  la soberana del cielo y de la tierra, la Sma. Virgen María tiene el mismo derecho a nuestros homenajes; de ahí que la Iglesia nos exhorte a ofrecerle un triple rosario, o tres coronas de rosas, que llamamos Rosario.

Es por eso que, la palabra Rosario significa ‘Corona de Rosas’. La Virgen María ha revelado a muchas personas que cada vez que rezan un Ave María le entregan una rosa y por cada Rosario completo le entregan una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, así que el Rosario es la rosa de todas las devociones y por lo tanto es la más importante.

Breve Historia del Rosario

El rezo del Santo Rosario surge aproximadamente en el año 800 a la sombra de los monasterios, como Salterio de los laicos. Dado que los monjes rezaban los salmos (150), a los laicos, los cuales en su mayoría no sabían leer, se les enseñó a rezar 150 Padres nuestros. Al pasar el tiempo, se formaron otros tres salterios con 150 Aves Marías, 150 alabanzas en honor de Jesús y 150 alabanzas en honor de María.

Santo Domingo fue uno de los principales promotores del Santo Rosario, esto es debido a que en el año 1214, es cuando la herejía de los albigenses crecía, y se empezaba a extender por todos lados y ante la impotencia que tuvo este santo de la conversión de estos herejes, se fue al bosque a hacer penitencia y llorar por los pecados de los hombres que eran la causa de la no conversión de estos, es entonces, cuando se le apareció la Virgen María para consolarlo, y además y le reveló diciéndole: “Sabe que el arma  principal para la salvación es el salterio angélico ( el rezo y saludo del Arcángel Gabriel el Ave María), que es el fundamento del Nuevo Testamento; por lo cual, si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos, predica mi salterio” (Tratado de la Verdadera devoción. N. 249-254); Santo Domingo y sus misioneros a partir de ese momento empezaron a recomendar mucho a las personas el repetirle frecuentemente a la Sma. Virgen el “Dios te salve María”, y el pensar en los Misterios de la Vida, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor. Este rezo a la Sma. Virgen resultó un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.

En el año 1365 se hizo una combinación de los cuatro salterios, dividiendo las 150 Aves Marías en 15 decenas y poniendo un Padre nuestro al inicio de cada una de ellas. En el año 1569 el Papa San Pío V estableció, para cada decena, la meditación de un hecho de la vida de Jesús o María,  y también lo prescribe y recomienda a todo el mundo el Rosario tal como se reza hoy, y es así como surgió el actual Rosario de quince misterios.

Desde que el Papa S. Pío V recomienda a todo el mundo el rezo del Santo Rosario, recordando que con esta oración se han obtenido grandes triunfos en la guerra contra los infieles, y que esta devoción ha demostrado tener gran eficacia para detener las herejías y conseguir conversiones, y que toda persona fervorosa lo debe rezar frecuentemente, la costumbre de rezar el Rosario se vuelve muy popular en todas las naciones.

Son casi diez los pontífices los que lo han recomendado, y muchísimos santos los que lo han difundido por todas partes.

Desde 1878 hasta 1903 el Papa León XIII, gran sabio, se dedicó a propagar más la devoción al Santo Rosario. Este Papa llamado El Papa del Rosario dedicó 12 Encíclicas entre ellas “La Augustissimae Virginis” y 22 documentos menores a recomendar a los fieles el devoto rezo del Rosario. Y lo llama: “la más agradable de las oraciones”. Resumen del culto que se le debe tributar a la Virgen” Una manera fácil de hacer recordar a las almas sencillas los Dogmas principales de la fe católica”. Un modo eficaz de curar el demasiado apego a lo terrenal”, y “un remedio para acostumbrarse a pensar en lo eterno que nos espera.

Refiriéndose a La Virgen María a través de la Biblia, para mostrarnos las maravillas y portentos recibidos por Dios y el poder ante su Amadísimo Hijo Jesucristo en la Encíclica Augustissimae Virginis, el Papa León XIII, dice: Cualquiera que consigo mismo considere el grado altísimo de dignidad y gloria a que ha sido elevada por el Señor. Desde el principio de los siglos la destinó para ser Madre del Verbo que había de tomar carne humana; y por lo tanto de tal manera la distinguió entre todos los seres que existían más hermosos en los tres órdenes de naturaleza, gracia y gloria, que con razón la Iglesia, ha aplicado a Ella estas palabras: “Yo salí de boca del Altísimo, engendrada antes que existiese ninguna criatura”(I Ecli., XXIV, 5). Más luego que comenzaron los siglos, caídos en la culpa original nuestros primeros padres, e inficionados con la misma mancha todos sus descendientes, fue constituida como prenda restauradora de la paz y de la salvación. El mismo unigénito Hijo de Dios no pudo menos de dar a su Madre Santísima señales evidentes de honor, pues cuando hacía vida privada en la tierra, fue mediadora para la ejecución de dos prodigios, que entonces realizó: uno de gracia, dando muestras de gozo el niño en el vientre de Isabel, con motivo del saludo que le dirigió María, el otro de naturaleza, al convertir el agua en vino en las bodas de Caná; Jesús instituía el nuevo testamento que había de ser sellado con su divina sangre, la encomendó al Apóstol del amor con aquellas palabras: “Ahí tienes a tu Madre” (II, Juan, XIX, 27).

Y el mismo Papa León XIII, en la Encíclica mencionada arriba, refiriéndose a la Intercesión de María dice: ¿Quién entre todos los bienaventurados podrá competir con la augusta Madre de Dios en el poder y en la gracia de intercesión? ¿Acaso hay alguno que pueda ver más claramente en el Verbo eterno, las calamidades que sufrimos y las cosas que necesitamos? ¿A quién se dio mayor poder para atraernos la misericordia de Dios? ¿Quién podrá compararse con Ella en sentimientos de piedad maternal? Es de notar que no pedimos a los santos del mismo modo que lo hacemos a Dios, pues a la Santa Trinidad le pedimos que tenga misericordia de nosotros, pero a todos los demás santos les decimos que oren por nosotros (12 S. Tomás, 2-2 q., 83, a 4); más el modo de orar a la Virgen, la Iglesia pide a Ella empleando las mismas palabras con que ora al Señor: Ten misericordia y ruega por los pecadores. Tal es la grandeza de María y tanta la gracia que tiene ante Dios, que aquel que estando necesitado de auxilio no recurre a Ella,  es lo mismo que si deseara volar sin el auxilio de las alas.

El Papa Pío XI (1937) dice que el Rosario ocupa el primer puesto entre las devociones en honor de la Virgen y que sirve para progresar en la fe, la esperanza y la caridad”.

El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta porque junto con él está aunada la majestuosa historia de nuestra salvación. Con el rosario de hecho, meditamos los misterios de gozo, de dolor y de gloria de Jesús y María. Es una oración simple, humilde como María. Es una oración que podemos hacer con ella, la Madre de Dios. Con el Ave María la invitamos a que rece por nosotros. La Virgen siempre nos otorga lo que pedimos. Ella une su oración a la nuestra. Por lo tanto, ésta es más poderosa, porque María recibe lo que ella pide, Jesús nunca dice no a lo que su madre le pide. En cada una de sus apariciones, nos invita a rezar el Rosario como una arma poderosa en contra del maligno, para traernos la verdadera paz.

El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal. La oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre.

la oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

Las Quince Promesas de la Virgen María a quienes recen el Rosario

1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

2. Prometo mi protección y las gracias mas grandes a aquellos que recen el Rosario.

3. El Rosario es una arma poderosa para no ir al infierno: destruye los vicios, disminuye los pecados y nos defiende de las herejías.

4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

5. El alma que se encomiende a mi en el Rosario no perecerá.

6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

9. Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.

10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mi al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.

14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesús Cristo.

15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

Por último, reflexionemos y analicemos, estas maravillas y portentos, que nos trae esta festividad de la Santísima Virgen; y procuremos rezar el Santo Rosario con la mayor devoción posible todos los días, con gran humildad y atención, y muy pronto veremos reflejado en nosotros la maravillosas promesas que nos hace Nuestra Señora, la Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra.

En otros escritos vamos a seguir mostrando otras tantas maravillas y portentos del Salterio Angélico o Salterio de María que es el Santo Rosario.

Para la elaboración de  este escrito, en parte,he utilizado el libro: “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario” de San Luis María Grignion de Montfort;  y la Encíclica Augustissimae Virginis del Papa León XIII.

 
Mons. Martin Davila Gandara