La educación de la juventud en medio de un mundo violento

Con este escrito y otros más de la misma índole seguiremos comentando y analizando el fenómeno de la violencia que tanto flagela y lacera actualmente a la sociedad. Mi intención es procurar, primero seguir aportando datos y argumentos que causan la violencia, y con éstos seguir creando conciencia entre las personas sensatas y de buena fe acerca de este fenómeno, para después ir dando las posibles soluciones a este terrible mal. Es entristecedor, y además doloroso, para la sociedad actual percatarse de una realidad que afecta cada vez más a las familias: la violencia reflejada en sus hijos, sean éstos niños o jóvenes. Pero ¿acaso nos hemos preguntado de dónde proviene esa violencia?, ¿nos ocupamos por evitarla o nos limitamos a ser testigos impotentes o, peor aún, cómplices de su acción, sin pensar en la clase de adultos en que podrían convertirse? Las generaciones recientes han crecido en la permisividad total no sólo en lo que se refiere a la falta de autoridad de sus padres, sino también a la libertad, convertida en libertinaje, de tener acceso a todas la expresiones de la violencia y al sexo a través de los medios de comunicación.

La Televisión, los videojuegos, y el internet, han impactado a niños y jóvenes con todo su potencial de violencia bajo la impasible tolerancia de los padres modernos, quienes ahora sufren las consecuencias de haber criado hijos tiranos –crueles e intolerantes-, y a niños y jóvenes que ofenden a sus propios padres y familiares, que se creen dueños del mundo y faltan al respeto a los adultos y ancianos. Por eso es sumamente necesario hoy en día que los padres tomen conciencia de que es urgente volver a encausar la educación familiar hacia el respeto a los valores morales y humanos fundamentales, y reconocer la necesidad de recuperar la autoridad sobre los hijos en una forma equilibrada, donde se eviten las dos formas nocivas de la educación, la dureza excesiva y la permisividad total. Lo primero que tenemos que considerar es que el aprendizaje para las nuevas generaciones ahora va a ser más difícil que en las generaciones anteriores. Para los que ahora empiezan a ser padres de familia, hay la difícil tarea de llevar una vida espiritual más esforzada y mejor que la de sus antecesores. El torrente de la vida siempre ha encontrado peligros, pero los que se perfilan ahora rebasan cuanto se había conocido.

Ya que a las debilidades, culpas y omisiones –individuales y colectivas– se agregan amenazas organizadas internacionalmente con recursos y perfidia jamás vistos. Para hacerles frente se requerirán todas la potencias del alma. Aprender a vivir –en el mejor de los sentidos—va siendo más difícil para el joven y el niño, pues su camino está lleno de asechanzas y más escaso de protecciones que el camino recorrido por la generación ya próxima a desaparecer. Ahora el ambiente, la inercia, es de disociación espiritual, de sensualismo, de violencia, como consecuencia de la enseñanzas de décadas de laicismo que en la práctica resultó ser ateísmo, y si a esto se le agrega la reciente reforma a las leyes de las Constituciones de los países, sobre todo, en lo referente a los nuevos pseudo derechos humanos, y a todo esto sumándole la miseria prefabricada políticamente y cargada de odio. Reconocemos, que las esencias espirituales existen, con plena potencia, en la niñez de hoy, pero una atmósfera envenenada amenaza con asfixiarlas. La certeza de los valores se ha venido desvaneciendo, esto por décadas de relativismo religioso propiciado por el Vaticano II y el laicismo ya señalado, y al reciente relativismo de leyes y constituciones de los países, todos éstos negando o poniendo en duda toda la certeza de los valores objetivos que son considerados como tales; debido a esto, tenemos ahora la muy difícil tarea de resucitarla y transmitirla.

Muchas influencias se mueven para desacreditar los valores. Y como los valores son “partes” tangibles, no son “cosas”, el materialismo reinante encuentra fácil combatirlos como irreales, como imprácticos, como anticuados.

Tenemos que considerar, que los valores no son realidades materiales, sino potencias metafísicas capaces de encauzar todas las realidades tangibles. La generosidad vale, aunque muchas veces su opuesto (la mezquindad), rinda ventajas materiales. El idealismo es un valor, aunque en ocasiones innumerables el materialismo parezca superarlo. El esfuerzo es valor; la molicie o afición al regalo a la comodidad no, por cómoda que sea. La valentía es valor; la cobardía no. La lealtad es valor, a pesar que la deslealtad rinda muchas veces buenos dividendos. El sacrificio es un valor excepcional, aunque el egoísmo resulte más placentero y redituable. La santidad es otro valor, no obstante que con demasiada frecuencia la maldad parezca triunfante. La honradez también es valor, aunque el latrocinio y el bandidaje brinden todos los bienes materiales de la tierra. En todo nuevo ser alienta una natural tendencia hacia los valores, mientras no se le abandone a un medio que lo desmoralice. En todo nuevo ser late una inclinación natural al ideal, mientras no se sujete a enseñanzas negativas. El joven aspira a la salud y al esfuerzo físico y espiritual, a las instituciones auténticas… mientras no se le intoxique con un ambiente fétido e irrespirable que lo haga perder el respeto a su propio cuerpo y a la sociedad en general. Desgraciadamente la juventud de hoy encuentra pocos ejemplos que la atraigan y la magneticen, en medio de multitud de ejemplos negativos que parecen opacar, ridiculizar y desacreditar todos los valores.

La disipación, el materialismo, la instrucción engañosa y el libertinaje amagan el futuro de los niños de hoy, particularmente porque esas tendencias han ganado ya mucho terreno en los adultos. Imprimir una rectificación a esa inercia desquiciante ya no está propiamente en manos de la generación vieja de las personas de 70 a 80 años, aunque algo podría hacer si aún le restara voluntad de hacerlo. La tarea principal se encuentra en manos de la nueva generación de padres de familia. y el plazo es corto…La niñez de hoy está más que desamparada en el campo de la instrucción escolar… tampoco hay ninguna acción oficial que la defienda del ambiente de la contaminación pública, al contrario se le pervierte con leyes inicuas, como las coyuntas homosexuales y los nuevos pseudo derechos humanos… Hasta en el ámbito de la religión hay fallas visibles ocasionados por el ya mencionado Vaticano II: dando como resultado en las deformaciones doctrinarias o silencios de omisión; esto se ve claramente como la iglesia postconciliar aparentemente condena el aborto, y las uniones gays, pero no les ratifica públicamente a los gobernantes que se dicen católicos como los del D. F., la excomunión latae sententiae del Can. 2350. par. 1. «Todos los que procuren el aborto, incluyendo a la madre, si éste se produce, incurren en excomunión latae sententiae reservada al Ordinario; y si son clérigos además deposición.» (C. de D. C. 1917); Y del C. modernista de 1983“El Canon 1398 dice: “Quien procura un aborto, si éste se produce, incurre en excomunión Latae sententiae” Por otra parte, el Canon 1041 establece que el que procura un aborto, si éste se consuma, así como los que hayan cooperado positivamente, incurren en irregularidad, que es el impedimento perpetuo para recibir órdenes sagradas.

Estar excomulgado para iglesia postconciliar, significa que un católico queda privado de los sacramentos mientras se le levante la pena; el excomulgado queda privado de desempeñar cargos en la Iglesia; y como es una excomunión es “Latae sententiae”, esta expresión quiere decir que el que incurre en ella queda excomulgado automáticamente, sin necesidad de que ninguna autoridad de la Iglesia lo declare para su caso concreto de manera expresa;o como en el caso del obispo Vera de Saltillo, que anda de promotor del aborto y de los grupos homosexuales, y a este ni siquiera se les amonesta, cuando por la misma ley canónica existe excomunión latae sententiae y suspensión a divinis… En un valladar defensivo están los padres de familia, si es que un firme cariño por sus hijos los obliga a tomar la responsabilidad de la emergencia. Para quienes creen que “nada puede hacerse” ante las inmensas amenazas que asechan a la juventud, allí está el campo concreto de la vida familiar. Del matrimonio insoluble. Allí es factible que cada quien erija una fortaleza de nexos amorosos. Enseñar con el ejemplo. Prevenir los peligros. Levantar barreras de espiritualidad. Infundir la fe en que el hombre, que por sí solo, nada puede lograr, ni el triunfo final sin hacerse merecedor a que la Gracia de Dios lo rescate. La Juventud de Hoy tiene que soportar un Situación Insólita. Los peligros para la juventud siempre han existido. Pero ahora los peligros no yacen, inmóviles, como antes. Ahora son puestos en movimiento, organizada y deliberadamente, para ir atrayendo y envolviendo a la juventud.

Además, se han inventado nuevos y más riesgosos peligros. Las recientes generaciones de padres de familia no han percibido claramente que hay un movimiento internacional, poseedor de grandes recursos, empeñado en someter a la Juventud debilitándola y desmoralizándola. Disolver a la Juventud es el medio seguro de debilitar a una Nación a fin de someterla también. Esta es una meta “Globalizadora”. Las asechanzas contra la Juventud se mueven en todos los frentes, organizada y calculadamente. *Alcoholismo en las “discos” o “antros”. *Droga al menudeo al alcance de estudiantes. *Invención de “géneros” para abrirle puertas al homosexualismo y hasta al bisexualismo, (todo esto ahora garantizado con la nueva reforma y con la inclusión del término preferencias “sexuales”). *Sueldos ínfimos para los que logran terminar cualquier carrera. *Desde la enseñanza primaria se somete al niño a la idea de que ha llegado a la vida por azar. (Esto es, de que no ha sido creado con ninguna finalidad superior, está minando el comportamiento de varias generaciones). *Una ciencia manipulada (desde los organismos internacionales) lleva a una idea de que la vida Viene de la nada y que retornará a la Nada. (está doctrina ateísta de mortalismo judío, también es enseñada y promovida por la iglesia postconciliar en un mortalismo moderado que admite la absurda y contradictoria resurrección del alma, implícitamente en sus plegarias de difuntos: ya que las Oraciones en las exequias fuera del tiempo pascual dicen: “A. (…) Te pedimos que en virtud de este misterio (la muerte y Resurrección de Cristo), nuestro hermano N., que se ha dormido en el Señor, alcance también la alegría de la resurrección” (Misal. Rom. P. 689)(o sea es la doctrina erronea del “sueño del alma” que manejan los mortalistas judíos), ustedes pueden ver, que en estas y otras oraciones no hay referencia alguna al alma por lo tanto el mortalismo es tácito. “B (…) Concede que nuestro hermano N. A quien (hoy) damos piadosa sepultura, sea contado entre sus elegidos, para que, liberado de las ataduras terrenales, pueda presentarse ante ti en el día de la resurrección” (Nuevo Misal Rom. P.p. 689-690). “ aquí hay negación implicita del alma, el purgatorio y el infierno” y esto es absurdo por que si el alma del difunto, duerme en el Señor y que esperan que alcance su resurreción, quiere decir que esa alma esta muerta o aniquilada, esto es absurdo, porque el alma es espiritual y por lo tanto es simple e indivisible y por lo mismo indestructible e inmortal; de ésta heretica enseñanza surgen interrogantes: ¿Dónde queda el alma dormida?, no lo dicen; ¿cuándo va rasucitar? Hasta el día del juicio final, ¿Cuántos años o siglos faltan para que suceda esto? No lo sabemos, entonces todo ese tiempo que puede ser mucho o poco que no lo sabemos, el alma queda en la nada; o sea se enseña lo mismo que los mortalistas porque para ellos, con la muerte todo se acabo, todo queda aniquilado y así lo considera el teologo Rahner y su tropa).

Todo esto en un eficaz impulso hacia una visión centrada exageradamente en la fugacidad del presente. Puerta segura hacia el hedonismo, que rehúye todo esfuerzo de lucha. Y del hedonismo se pasa al nihilismo y al ateísmo, donde ya no existen valores ni verdades. En los últimos años una Sociedad desprevenida (porque la Iglesia ha sido anulada), y confiada, no ha percibido cabalmente que la Juventud está siendo acosada, desde todos los rumbos, para debilitarla y hundirla en la Disolución. Esto por un movimiento Internacional. Para enfrentar esta amenaza es imprescindible, primero, tener conciencia de que existe. La vida fue creada por una Sabiduría Superior que es Dios a fin de que recorra esforzadamente esta etapa aquí en la tierra y alcance una existencia Superior de gozo en cielo. Esta es la meta suprema, ultraterrestre desde Belén al Calvario. Ante el desconcierto actual es la última esperanza, la única esperanza, y la esperanza SUFICIENTE. Por último el fin de este escrito es señalar objetivamente hechos y situaciones que estamos viviendo, para que el padre de familia sensato y de buena fe, tenga los datos y la información y por medio de esto, pueda tomar conciencia en todos los aspectos posibles sobre de este fenómeno desgarrador que es la violencia, en posteriores escritos, trataremos más a fondo sobre este gran problema, con análisis sobre los factores familiares, escolares, neurológicos y ambientales que producen conductas agresivas y violentas en niños y jóvenes, y además de orientar a los padres de familia con ideas prácticas para prevenirlos y para formar hijos sensatos, responsables y compasivos.

Parte de este escrito está tomado del libro “Hoy Tirano, Mañana Caín” de Evelyn Prado y Jesús Amaya.

Mons. Martin Davila Gandara